La palabra Spam proviene de abreviar “spiced ham” (jamón con
especias), una comida americana típica, habitualmente enlatada, y el principal alimento
de los soldados en la Segunda Guerra Mundial, gracias a los envíos masivos que
realizaban sus familiares. Con la llegada de internet y, especialmente, del
correo electrónico, se dio un nuevo significado a esta palabra para denominar
al “correo basura” o a todo tipo de comunicación no solicitada realizada por
vía electrónica.
Los mensajes de spam tienen un fin publicitario, ya que lo
que buscan es ofertar, comercializar o tratar de despertar el interés por un
producto, servicio o empresa. El bajo coste de este tipo de prácticas, la
rapidez de la red para la difusión y el posible anonimato del emisor han
provocado que se realicen de forma abusiva y masiva. Sin embargo, la
legislación española, en concreto la Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios de
la Sociedad de la Información y Comercio Electrónico (LSSI-CE), prohíbe este
tipo de mensajes sin consentimiento previo.
En concreto, el artículo 21.1 de esta Ley prohíbe de forma
expresa el envío de comunicaciones publicitarias o promocionales por cualquier
medio de comunicación electrónica si no ha sido solicitado previamente. Pero,
además de suponer una infracción a la LSSI-CE, el spam puede significar una
vulneración del derecho a la intimidad y un incumplimiento de la legislación
sobre protección de datos, ya que la dirección de correo electrónico, puede ser
considerada como dato de carácter personal.
La mitad de los correos que recibimos es spam
Actualmente, se estima que el 50% de los correos
electrónicos que se reciben son correos spam. El 22% del correo basura contiene
información falsa en el “asunto” del mensaje, y en el 40% de los casos
analizados por varios estudios, el cuerpo del mensaje contiene indicios falsos.
Es una frase imprecisa no basada en ningún dato concreto. Mejor eliminarla porque
suena a opinión, no a un hecho contrastado En muchos casos, este tipo de
mensajes son un foco de entrada de virus en los ordenadores que los reciben.
Además de estos inconvenientes, la llegada masiva de spam puede saturar las
bandejas de entrada de los correos electrónicos, lo que provoca que las
conexiones a internet vayan más lentas.
Existen muchos tipos de spam: los pop-ups o ventanas
emergentes cada vez que nos conectamos a internet; el hoax o correo electrónico
con contenido engañoso distribuido en cadena; las llamadas comerciales en las
que no interviene una persona; los mensajes en cadena que buscan coaccionar al
receptor de que los reenvíe a sus contactos, cuando lo único que persiguen son
direcciones de correo electrónico; ofertas de trabajo desde casa cuya única
finalidad es promocionar algún producto…, etc.
Evitar el spam
Para evitar el spam se pueden poner en práctica varias
medidas preventivas. Para empezar, hay que ser especialmente cuidadoso a la
hora de facilitar la dirección de correo electrónico. Solo se debe dar la
dirección a aquellas personas y organizaciones en las que se confía. También es
conveniente abrirse dos (o más) cuentas de e-mail, una para uso general y
trabajo, y otra para proporcionarla a quien no se conozca lo suficiente.
Al crear cuentas de correo electrónico hay que evitar
ponérselo fácil a los spammer con direcciones fácilmente deducibles, como el
nombre y apellido, las iniciales, inicial del nombre y apellido completo, etc.
Asimismo, es aconsejable no publicar la dirección de correo en foros, webs o
chats, y a la hora de suscribirse a un servicio online es conveniente leer la
política de privacidad de la empresa antes: en muchos casos las compañías
advierten en estos documentos de que ceden sus datos a otras empresas o
filiales.
Para reducir el spam, se pueden instalar filtros en los
correos electrónicos, aunque la principal desventaja de estos sistemas es que
muchas veces confunden correos legítimos con mensajes basura. Es preferible
mantener el sistema al día con todas las actualizaciones para evitar la entrada
masiva de correo basura. Otra opción es instalar un cortafuegos que te avise de
cada entrada extraña en el ordenador.
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